Papa a jóvenes: El secreto de un corazón feliz está en la fe de sus abuelos.

#ViajeApostolicoTailandia: “Los invito a mantener viva la alegría y a no tener miedo de mirar el futuro con confianza”.


Este viernes 22 de noviembre, en el marco de su viaje apostólico a Tailandia, el papa Francisco presidió una misa dedicada a los jóvenes en la catedral de la Asunción en Bangkok y centró su reflexión en el tema: “¡Salgamos al encuentro de Cristo el Señor que viene!”. La jornada estuvo dedica a la minoría católica 0,56% de los habitantes del país asiático. 

El Papa llamó “amigos” a los jóvenes y les instó a “estar bien arraigados en la fe de nuestros mayores: padres, abuelos y maestros”, el ejemplo de una vida que “resistió muchas pruebas y mucho sufrimiento”. 

La comunidad católica tailandesa suma alrededor de 400 mil bautizados. La evangelización costó martirio y sacrificios. En este contexto, habló del arraigo de la fe y de la experiencia de los abuelos y de los padres.


No quedarse presos del pasado.

Sin embargo, este arraigo, no es “para quedarse presos del pasado, sino para aprender a tener ese coraje capaz de ayudarnos a responder a las nuevas situaciones históricas”. 

Los mayores “descubrieron que el secreto de un corazón feliz es la seguridad que encontramos cuando estamos anclados, enraizados en Jesús: en su vida, en sus palabras, en su muerte y resurrección”. 

Francisco comentó el evangelio de hoy que habla de diez jóvenes invitadas a mirar el futuro y formar parte de la fiesta del Señor. A ellas “les faltó el aceite necesario, el combustible interior para mantener encendido el fuego del amor”


Mantener vivo el fuego ante el sufrimiento.

Una parábola para indicar “lo que nos puede suceder a todos los cristianos” de frente a “los problemas y obstáculos”; de frente “al sufrimiento de personas queridas, o a la impotencia de experimentar situaciones que parecen imposibles de ser cambiadas”, afirmó. 

Entonces, describió, “la incredulidad y la amargura pueden ganar espacio e infiltrarse silenciosamente en nuestros sueños, haciendo que se enfríe nuestro corazón, se pierda la alegría y que lleguemos tarde”.  

“¿Quieren mantener vivo el fuego capaz de iluminarlos en medio de la noche y de las dificultades?¿quieren prepararse para responder al llamado del Señor?, ¿quieren estar listos para hacer su voluntad?”, preguntó. 


Piedras vivas.

El Papa les instó a sentirse parte de una hermosa historia de evangelización que les fue transmitida como un tesoro sagrado”. Les llamó a ser “piedras vivas para poder llevar el amor misericordioso de Dios a las personas de su tiempo”. 

El Papa exhortó a los jóvenes a ser árboles que elevaban sus ramas al cielo buscando siempre más”, pero “arraigarse bien en la tierra”, con raíces solidas, aludió a la tradición familiar, de la fe y de la memoria de los abuelos y mayores. 


Raíces.

“Por eso me duele ver que algunos les propongan a los jóvenes construir un futuro sin raíces, como si el mundo comenzara ahora”. Porque “es imposible que alguien crezca si no tiene raíces fuertes que ayuden a estar bien sostenido y agarrado a la tierra. Chicos y chicas es fácil ‘volarse’ cuando no hay desde donde agarrarse, de donde sujetarse”. 

Sin este firme sentido de arraigo, afirmó, podemos quedar desconcertados por las “voces” de este mundo que compiten por nuestra atención

“Muchas de ellas son atractivas, propuestas bien maquilladas que al inicio parecen bellas e intensas, aunque con el tiempo solamente terminan dejando vacío, cansancio, soledad y desgano van apagando esa chispa de vida que el Señor encendió un día en cada uno”.


Arraigados en Cristo.

La homilía fue traducida en idioma Thai. Francisco les instó a ser “una nueva generación, con nuevas esperanzas, sueños y preguntas”; pero, “arraigados en Cristo”. 

“Arraigados en Cristo, miren con alegría y confianza. Esta situación nace de saberse buscados, encontrados y amados infinitamente por el Señor”. 

“La amistad cultivada con Jesucristo es el aceite necesario para iluminar el camino, vuestro camino, pero también el de todos los que los rodean: amigos, vecinos, compañeros de estudio y trabajo, incluso el de aquellos que están en total desacuerdo con ustedes.


¡Nada de miedo!

¡Salgamos al encuentro de Cristo el Señor que viene! No le tengan miedo al futuro ni se dejen achicar; por el contrario, sepan que ahí el Señor los está esperando para preparar y celebrar la fiesta de su Reino.

Así, el Papa presidió la misa en ocasión de la celebración de la memoria de Santa Cecilia, Virgen y Mártir. A su llegada, Francisco subió a un automóvil eléctrico en el que giró entre los jóvenes presentes venidos de todos los rincones de la nación. Según medios locales, 10.000 jóvenes escucharon fuera las palabras del Papa. 

Al final de la misa, antes de la bendición final, el arzobispo de Bangkok, cardenal Francis Xavier Kriengsak Kovithavanij, dirigió su saludo al Papa. 

Después de dirigir algunas palabras de agradecimiento a los fieles presentes, el Papa bendijo 25 piedras para las nuevas Iglesias de Tailandia y, antes de abandonar la Catedral, saludó a algunos de los empleados de Curia. 


No clericalizar la misión.

Inmediatamente después, Francisco regresó en automóvil a la Nunciatura Apostólica.También hoy se reunió con sacerdotes, religiosos y obispos. Al clero católico dijo: “No clericalizar la misión y mucho menos a los laicos”, “tener siempre abierta la puerta para sus sacerdotes” y “no buscar otras manos que no sean las de Dios”.

En la tarde, antes de la misa, visitó la Chulalongkorn University, allí encontró a los líderes de otras religiones y representantes cristianos. 

“Todos somos miembros de la familia humana y cada uno, desde el lugar que ocupa, está invitado a ser actor y gestor directo en la construcción de una cultura basada en valores compartidos, que conduzcan a la unidad, al respeto mutuo y a la convivencia armoniosa”, dijo a los líderes religiosos. El Pontífice partirá el sábado rumbo a Japón para la segunda y última etapa de su viaje por Asia.


Fuentes: Aleteia y Vatican News.