Los obispos sobre Chile «Detener la violencia y abrir el diálogo».

«La mayor responsabilidad la tienen aquellos que han asumido posiciones de liderazgo en la vida política y social. Es necesario confiar en su buena fe y en su capacidad para llegar a acuerdos», afirman los obispos de Chile en su declaración recibida por Fides.
Este es el segundo comunicado de la Conferencia Episcopal de Chile desde que la protesta por el aumento en el precio del transporte público se convirtió en la crisis política y social más grave de las últimas décadas de la historia del país andino.
Los obispos afirman: «Estamos unidos al dolor de los familiares de quienes han perdido la vida y de los muchos heridos, pedimos a todas las personas que manifiestan y a los organismos y autoridades competentes que garanticen el respeto de los derechos fundamentales y el tratamiento adecuado de los detenidos. Invitamos a quienes están llamados a mantener el orden y la seguridad a actuar de acuerdo con los estándares establecidos por la ley».
Ante la muerte de varios manifestantes a manos de la policía, los obispos piden «evitar más derramamiento de sangre. La unidad nacional nunca se construye con la muerte de compatriotas o pisoteando la dignidad de las personas».
Loa obispos hacen un elogio «a las diferentes personas que dieron lo mejor de sí al hacer acciones generosas para ayudar a otros, evitando la violencia y contribuyendo efectivamente a la construcción del bien común». «Continuemos orando y comprometiéndonos, personalmente y como comunidad, para restaurar la paz social en nuestro país», concluyen los obispos.
Ayer, en la capital, se realizó la mayor de las últimas manifestaciones en Chile: 1.2 millón de personas.
La población ahora pide una reforma económica ante la completa desigualdad que existe entre los salarios de los diversos sectores sociales del país. En una semana, Chile se transformó del país más estable de América Latina en el país con el mayor número de personas manifestando contra un sistema económico ineficiente. Según la prensa especializada, los graves problemas de la sociedad chilena son las pensiones, un servicio de salud remunerado, educación pública remunerada y muchos servicios sociales que no disfrutan de subsidios estatales o solo parcialmente. Como afirman los sindicatos que salieron a la calle, «no se trata del aumento de 30 pesos, sino son 30 años de peso…».