Más de 1500 jóvenes llegaron al campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el sábado 4 de enero, llenos de entusiasmo para dedicar estas vacaciones de verano (que acaban de iniciar), no solo para descansar sino también para forjar comunidades cristianas y servir a los más necesitados. Como subraya la nota de la Conferencia episcopal chilena recibida en la Agencia Fides, ante la crisis que vive actualmente el país, muchos jóvenes han escuchado el llamado del Papa Francisco quien en diferentes oportunidades los ha exhortado a convertirse en “callejeros de la fe”, y hacer parte de una “Iglesia en salida”.
El envío de los jóvenes misioneros tuvo lugar durante la Misa presidida por el nuevo arzobispo de Santiago de Chile, monseñor Celestino Aós, quien motivó a los estudiantes a entregar el testimonio de Dios en las comunidades visitadas: “Jesucristo no es una idea, el cristianismo no es una ideología, ni una moral, ni una filosofía. Cristo vive y yo me lo encontré. Y el gozo de ese encuentro es lo que queremos comunicar a los demás”. El Arzobispo también destacó la importancia en el actual contexto social del país, de ser constructores de la civilización del amor: “Ustedes tienen que amar incluso a quienes los persiguen y los calumnias, hoy en Chile, este es nuestro desafío cristiano, nosotros no tenemos que amarnos solo entre nosotros, tenemos que llegar a amar también a aquellos que nos menosprecian, aquellos que destruyen nuestras iglesias, instituciones… Tenemos que ser los constructores de la civilización del amor. Y la civilización del amor se construye con amor, la civilización de la verdad se construye con verdad, la civilización de la vida, se construye con vida».
Los jóvenes en este periodo se dedicarán a tres proyecto, en el ámbito de la Pastoral de la Universidad Católica. El primero es un proyecto de evangelización que busca “trabajar por el alma de Chile”, y que los jóvenes sean agentes evangelizadores que anuncien el mensaje de Cristo en las zonas más remotas. El segundo proyecto busca construir capillas en periferias urbanas, pero que no sean solo lugares de oración simo también de encuentro, donde las comunidades puedan juntarse, dialogar y fortalecer sus vínculos. El tercer proyecto toca el ámbito escolar, donde los universitarios puedan formarse para, a su vez capacitar a los escolares.
Fuentes: Agenzia Fides y Arzobispado de Santiago.